Sánchez y Urkullu entregan a Bildu la educación con una ley que impone el euskera hasta en el recreo
La educación de los niños y jóvenes del País Vasco se encamina hacia un sistema de inmersión lingüística en euskera completa debido a la cesión del PSOE y el PNV a los deseos e imposiciones de EH Bildu. Esta entrega a las demandas de los proetarras ha dado como resultado un nuevo proyecto de ley educativa del Gobierno vasco que, entre otras muchas novedades, contempla una imposición del uso de esta lengua en todos los modelos educativos, pero también fuera de las aulas. Esto es, en los recreos, en el comedor escolar, en las actividades extraescolares así como en las conversaciones entre profesores o en las relaciones de los padres con los centros.
Esto es lo que sucederá si, como todo indica, esta reforma del Gobierno vasco, formado por el PNV y el PSOE, sale adelante. En este momento se encuentra en una fase muy embrionaria, es un anteproyecto de ley, pero su contenido se sustenta en un pacto entre los nacionalistas y los socialistas con Bildu y Podemos por lo que su aprobación está asegurada. Todos ellos ya dieron su visto bueno en una comisión parlamentaria a las conclusiones de un documento de bases elaborado por estos partidos con las recomendaciones de unos expertos, en su inmensa mayoría del ámbito nacionalista.
Hasta la fecha, el País Vasco contaba con un sistema en el que existían diferentes modalidades que permitían a los alumnos realizar sus estudios en español con una asignatura de euskera, estudiar la mitad de las asignaturas en cada idioma o hacerlo todo en euskera. Si bien esto era la teoría, porque en la práctica el euskera ha ido ganando espacio al español en todos los modelos a lo largo de los años. La nueva ley, sin embargo, va mucho más lejos y convierte al euskera en «eje prioritario del sistema educativo» y concede a los centros escolares un poder de decisión prácticamente completo para fijar el idioma educativo, dejando así en papel mojado la decisión expresada por los padres con su elección de modelo.
Arrinconamiento
El articulado del anteproyecto apunta maneras en esa dirección de inmersión total y de arrinconamiento del español en el ámbito escolar. Y es que, bajo la excusa de la autonomía de los centros, abre la puerta a una imposición mayor de la carga lectiva del euskera. Así, indica que se pasará a un «sistema multilingüe cuyo eje es el euskera» y avanza que con esta ley se dará «un salto cuantitativo y cualitativo en la presencia del euskera en toda la comunidad educativa», señalando igualmente su intención de «reforzar el papel del euskera como lengua de referencia del sistema educativo» y de «potenciar su uso activo por parte del alumnado en el contexto educativo formal y no formal». Esto es, tanto en las aulas como fuera de ellas.
Otra prueba de la pretensión de liquidar el español en todo el ámbito escolar la da el artículo que sostiene que los programas de los centros «deben recoger las propuestas de actividades extraescolares que vayan encaminadas a asegurar el uso ambiental de la lengua vasca». De este modo, plantea como prioridad «formar al personal no docente con la finalidad de que pueda desarrollar sus tareas en euskera», pues, expone, esos empleados «forman parte del ecosistema lingüístico del mismo», evidenciando que los trabajadores que no sean profesores deberán utilizar el euskera en sus relaciones con los alumnos.
El partido de Pedro Sánchez y el de Íñigo Urkullu, autores de esta reforma junto a Bildu y Podemos, defienden en el texto que «la generalización del uso del euskera conlleva la corresponsabilidad de toda la comunidad educativa» y por ello obligarán a que en «los centros educativos financiados con fondos públicos, el euskera ha de ser normalmente el vehículo de expresión en las actividades de proyección externa».
Enmiendas
El proyecto deberá ahora ser debatido y aprobado en el Parlamento vasco, donde incluso el texto puede reforzar aún más el uso del euskera en las escuelas si los proetarras deciden presentar enmiendas y los socialistas y los nacionalistas las aceptan al verse en la necesidad de sacar adelante la nueva ley. Y es que desde el primer momento el Gobierno del PNV y el PSOE decidió emprender el camino de la reforma educativa con Bildu y Podemos al rechazar el ofrecimiento que le hizo el PP vasco «para evitar que la educación de nuestros hijos quedara en manos de Bildu», tal y como explican desde la formación, a la vez que denuncian que el «PSOE trague con todo y se pliegue a los planteamientos educativos» del nacionalismo y los proetarras.
En el partido de Carlos Iturgaiz son conscientes de que la ley saldrá adelante debido al respaldo parlamentario mayoritario con el que cuenta, pero pretenden dar la batalla en su contra y llevarán a diputaciones y ayuntamientos mociones para denunciar este proyecto de autonomía de los centros, poniendo el foco en que el PSOE «ignore la realidad sociolingüística» del País Vasco y antepongan la «euskaldunizacion a la calidad de la enseñanza».